MI PROCESO DE ILUSTRAR UNA PORTADA

                    
 ¡Hola de nuevo! Hoy os traigo la historia del proceso de ilustrar la portada de Corazón de Sombras. El texto es algo extenso, lo siento, pero para mí es importante reflejar en él toda mi maravillosa experiencia y que ahora deseo compartirla con todos vosotros. Espero que os guste..
Cuando realizo un cuadro siempre procuro plasmar en el lienzo una historia personal, una visión, un sentimiento, una emoción, una impresión, una idea o un concepto.
En este caso tenía que ilustrar una historia personal pero que no era mía, y además desconocía. Cuando Julia me plantea el reto apenas cuento con las siguientes frases: "Una chica presa de las sombras. Quiere escapar, y durante todo el libro lucha por liberarse de ese mundo de penumbra y oscuridad que la envuelve, para encontrarse con la luz..."
Contando con tanta información... la que se encontraba sumergida en las sombras era yo!! Para mí, empezar a trabajar en esta portada, supuso desde el inicio una aventura la cual no sabía dónde me conduciría. Debo confesar que al principio, y en algún otro momento a lo largo del proceso, esas "sombras" me tentaron, muchos pensamientos me asecharon. por ejemplo el que no iba a poder ilustrar algo que no había leído, o que no lograría expresar en mi trabajo el mensaje de lo que Julia quería transmitir.
El proceso en sí ha sido largo, desafiante, laborioso. Hubo muchas ideas, muchos bocetos, muchos correos, muchas llamadas, muchas pruebas... también hubo retrocesos, frustraciones, impaciencia. Pero nunca me han faltado las ganas y el entusiasmo por perseguir esa imagen que reflejara con exactitud lo que Julia quería.
Recuerdo que uno de los artistas más importantes de la historia, Pablo Picasso, dijo un día: "La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando".
Desde mi humilde experiencia me atrevería añadir que esa inspiración te encontrará trabajando con la ilusión y la confianza de que al final ésta llegará.
Diseñar esta portada me ha enseñado que esa incertidumbre, esas dudas y el miedo a fracasar que yo haya podido sentir, se pueden reemplazar por la ilusión y la certeza de que esa "inspiración" de la que hablaba Picasso te acabará encontrando.
He aprendido a confiar más en mi intuición, a leer entre líneas y a sentir más allá de aquellas simples palabras que tenía como punto de partida. A que esa ansiada inspiración que tanto anhelas que te encuentre, no es otra que la de ver reflejada en la cara de Julia, esa sonrisa de satisfacción y felicidad cuando ve su portada terminada.
Que esa "inspiración" que viene no sabes muy bien de dónde, te deja un poso de felicidad al comprobar que esa imagen, que ya no es mía, encaja a la perfección con la historia que leo en este libro tiempo después.
Por todo esto valoro esta experiencia mucho más allá de ilustrar una historia, mucho más que elaborar un lienzo. Me quedo con esa felicidad que perdura en el tiempo, inmutable, la ilusión de haber podido complacer el deseo de alguien a quien admiro. Y al final veo las dificultades y las dudas como una ínfima parte, como algo lejano, algo que ya ni me acuerdo, para quedarme con lo que de verdad importa, mi amor por el arte, y por haber logrado contribuir, con mi pequeñito grano de arena, a que Julia hiciera realidad su sueño.